jueves, 20 de diciembre de 2007

De los modos de retener la inspiración.

A lo largo del tiempo el hombre siempre se ha encontrado con cosas que son necesarias, pero no almacenables. Un ejemplo de ello es la energía, cuando de usar la energía provista directamente por la naturaleza se pasa a usar la energía eléctrica había que buscar una forma de conservar esta última, y es así que surgieron medios como las baterías.

Ahora bien, partiendo de la idea de que el ser humano es omnipotente, idea que se ha mantenido por siglos, me permito creer que existe alguna posibilidad de retener la inspiración, tomándola a esta como una especie de "energía" que fluye por nuestras mentes.

El primer método es bastante sencillo y práctico. Consiste en llevar siempre con uno mismo una libreta o cualquier otro registro que nos permita plasmar de manera simple e instantánea todas aquellas ideas que han transitado nuestras neuronas en algún brote de inspiración. Sin embargo, esto sigue presentando un problema ya que por lo general un brote de inspiración no nos brinda una simple idea principal, sino que nos ilumina con todos aquellos recursos que luego servirán para "moldear" aquella idea central, entonces, el problema radica en que no es posible registrar todo eso en una pequeña libreta, o peor aún, cuando se trata de un medio digital (teléfono celular, agenda electrónica, etc.) resulta imposible expresar exactamente lo deseado, distosionando así la idea.

Otra manera de lograr el fin en cuestión es encarar el asunto desde otro punto de vista: Control de la situación. Muchos han afirmado que la mente humana es potencialmente mucho más capaz de lo que conocemos, partiendo de este supuesto se puede considerar la posibilidad de alcanzar un estado mental (análogo a la meditación) que nos permita inspirarnos cuando así lo deseemos. Con el método anterior uno debe esperar aquellos momentos iluminados por la inspiración, mientras que éste consiste en alcanzarla de manera voluntaria.

Una lista de posibilidades no es tal sin una postura ecléctica, por lo que se puede afirmar que es posible alcanzar un estado de inspiración voluntariamente, pero también existen esporádicas emanaciones de tal "energía" que deben ser registradas para poder sacar provecho de ellas.

Otra cosa que parece que siempre ha sido sostén del ser humano es la superstición, cosa que no me caracteriza, pero como no existe el determinismo absoluto no la voy a dejar de lado. la creencia de que existe un amuleto capaz de retener aquella fuerza inspiradora es algo que puede mantener viva nuestras esperanzas.



Por último debo aclarar que no se debe confundir Inspiración con simple ocurrencia. Ya que si se pretende elaborar algo partiendo de una simple ocurrencia nunca se llega a buen puerto, y a veces no se llega a ninguno. Lamentablemente resulta muy oscura la linea que separa las simples ocurrencias de la verdadera Inspiración, o por lo menos es dificil delimitarlas respecto de cada uno.